

El Campo nació de un sueño
Transformar la vida de las personas a través de la avicultura. Alejandro Troya, apasionado por la producción animal y con una vocación innata por ayudar a otros, vio una oportunidad en el mercado para crear un negocio que no solo vendiera pollitas de postura, sino que también acompañara a los emprendedores en cada paso de su camino.
El Principio
Alejandro entendió que cada proyecto avícola es único. Los desafíos de un pequeño granjero en la costa son distintos a los de un productor en la sierra o un emprendedor urbano que quiere incursionar en el sector. Por eso, El Campo se enfocó en brindar un asesoramiento especializado y adaptado a la realidad de cada cliente. No se trataba solo de entregar aves, sino de convertirse en un socio estratégico que ayudara a convertir las ideas en negocios rentables y sostenibles.